lunes, 28 de abril de 2014

Dando vueltas por Cockatoo Island

La Opera, desde el Ferry. Lloviendo
Se nota que estamos en Otoño porque la mayoría de los días llueve. Y normalmente es en fin de semana. Como este, que, otra vez, ha sido pasado por agua. Así que los  planes que teníamos se quedaron en el tintero y nos dedicamos a pasear por el Kings Comics, leer, dormitar, ver la tele y acabar faena de la UOC y trabajo "pendiente" de Barcelona (parece que poco a poco se va acabando, que bien!).

Lo único de turisteo que hicimos fue ir a Cockatoo Island el viernes 25. Aquí era festivo porque era el Anzac day.  Este día los veteranos de guera desfilan por las calles de Sydney y se les hace un homenaje. En realidad se conmemora que el 25 de Abril de 1915 las tropas Australianas y Neo Zelandesas desembarcaron en Gallipoli, pero ahora se aprovecha el día para dar las gracias a los ejércitos de ambos países (cada uno el suyo). La verdad es que impresionaba bastante escuchar las gaitas y verlos desfilar, tan mayores algunos, con la solapa llena de insignias. No es que fuéramos a ver el desfile, ya sabéis lo poco belicosos que somos, pero nos pilló de camino al ferry.  Otra cosa típica del Anzac day son las galletas Anzac. Unas galletas secas de sémola y coco un poquito duras. Claro, dice la leyenda que eran las que mandaban las familias a los soldados. Así que están hechas de manera que pudieran aguantar la larga travesía. A pesar de la dureza están bastante buenas. Ah! y lo otro típico de este día es que la gente vaya a bares a emborracharse. No veáis como estaban. A las 16 de la tarde y vomitando por los rincones... son un poco borrachuzos por aquí.



La guía, la primera, por Cockatoo!
Pero bueno, el caso es que pasamos el viernes en Cockatoo Island, que es una islita en medio del río Parramatta. Jordi hacia de voluntario de la Biennale y yo me fui con él para ver las obras de esta isla. Además de la isla, claro. Es bastante misteriosa: restos de los astilleros, fábricas abandonadas, además de casas y  una prisión del 1850. También se puede acampar, aunque tampoco tengo muy claro para qué acampar en esta isla fantasmagórica. Como no sea para jugar a rol en vivo a algo de zombies, o vampiros, o asesinos en serie. La Biennale aprovecha los espacios para instalar las obras. La mayoría están a cubierto, y menos mal, porque así pudimos resguardarnos de la lluvia. Mientras Jordi hacia entrevistas, yo hice una visita guiada. La guía era total: pelo rosa, millones de piercings, abrigo de leopardo, zapatos rojos, pantalones a rallas de mil colores, y una camisa hawaina con motivos de Sydney! Trabaja de artista y conocía super bien las obras, así que fue una gozada que me explicaran los detalles de algunas de ellas.



No os voy a explicar todas, sólo las que más nos gustaron, que fueron: 1) El vídeo de una cascada de 70 metros, titulada " I am the River", de Eva Koch. Impresionaba bastante. Nos explicó la guia que la cascada era de Islandia, y que el ruido que se oía no era el agua si no caballos!!!, 2) "The Village", de Randi & Katrine. A priori, un pueblecito muy mono, donde las casas tienen cara. Pero poco a poco, la sorpresa y la gracia que te hacen las casas se van convirtiendo en una sensación de agobio brutal!; 3) Bush Power, de Steiner Gerda and Lenzlinger Jörg. Es un gimnasio reloco! Donde al hacer los ejercicios, pasan cosas. Si los gimnasios fueran así, seguro que iría!

Hubieron más cosas que nos gustaron: un corto de animación sobre una niña a la que le falta una pierna (realizado por unos artistas chinos super bonito), 5 vídeos que eran como una orquesta de sonidos "improvisados", y que estaban en un refugio anti-aéreo!!!, un corto en stop-motion de una casa "caníbal"... en fin, un montón de cosas.

El pueblo misterioso y la cascada. Es enorme. Mirad que pequeñita se me ve!

El gimnasio sorpresa! Que chulo el esqueletito que bailaba mientras pedaleas!
Las vistas de la city desde Cockatoo. Hay un monton de gaviotas "agresivas"
Cuando Jordi acabó de hacer las encuestas salió el sol. Así que paseamos un poco por Cockatoo, pero al rato nos volvimos para casa. Jordi ya la había visto con Marcelo, así que tampoco estuvimos mucho rato.
Y poca cosa más de esta semana. Ah! Sí! Celebramos Sant Jordi paseando por librerías (bueno, por el Kunikuniya) y explicándole a los aussies que era Sant Jordi. Es curioso. Normalmente no es una fiesta que me guste demasiado (que me regale Jordi un libro sí) pero me agobia pasear por Las Ramblas (o donde sea) por la gran cantidad de gente que hay. Y en cambio, este año, hubiera dado cualquier cosa (bueno, casi) por haber estado allí. Me entró una nostalgia increíble. Sera verdad que queremos lo que no tenemos. Y después del pensamiento profundo, aquí lo dejo!

Nos leemos la semana que viene.



2 comentarios:

  1. Si...es asi..Se echa de menos lo q no esta..y quieres lo q no tienes.Por eso si lo tienes ,no lo olvides,,y si no lo tienes ,,no lo quieras...Siempre estas...y por eso no te echo de menos..No te recuerdo ,porque no te olvido.....pero ya m esta haciendo falta un abrazo..La foto del ferry .genial...

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  2. Pues a ver si vienes ya prontito! Que a mi tb me hace falta (nani)

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