Creo que el lunes fue uno de los días que más angustiada he estado (sólo por 1 minuto) de toda mi vida. Estaba en Lidcombe, preparándome para la fiesta de la facultad, cuando
recibo un sms de Sue preguntándome si Jordi estaba en la ciudad y si
estaba bien.
"¿Eh? ¿Por qué me preguntará eso?". Empiezo a ponerme muy nerviosa y me vienen a la cabeza millones de cosas que pueden haber pasado: explosiones, ataques a lo 11-S contra los edificios altos, bombas, accidentes multitudinarios...llamo corriendo a Jordi. El minuto más largo de mi vida. Hasta que descuelga, y con voz somnolienta me dice:
"¿Hola? ¿Qué pasa?". La sensación de alivio fue indescriptible.
"No sé", le digo. Y le explico el sms de Sue. Colgamos. Yo me voy al despacho a mirar las noticias por Internet; Jordi hace lo mismo con la tele, y ya nos enteramos del secuestro con rehenes en Martin Place, en la Lindt. A menos de 10 minutos caminando de casa. Y el resto ya lo sabéis. Por suerte Jordi había trabajado de madrugada y llegó a casa justo cuando estaba pasando, pero aún no se sabía.