El outback. Foto de internet, Mundi Mundi Plains. |
" The Living Desert and Sculptures", Broken Hill-al atardecer, foto de Cailin |
Al día siguiente, después de reuniones varias, nos fuimos a Mundi Mundi Plains, pasando por Silverston. Mundi Mundi Plains es donde empieza una de esas carreteras solitarias que llenan los anuncios y las peliculas (como en Mad Max 2 o Priscilla). Durante más de 150 kilmetros no hay nada. Sólo la carretera y la llanura, con sus emús, canguros, wombats y demás fauna. Hace unos 15 años era puro desierto, pero ahora hay arbustos y esta un poco más verde. Aun así impresiona. Es tan llano y está tan aislado que es de los pocos sitios donde se puede ver la curvatura de la tierra. Dan ganas de coger el coche y hacer millas, a lo Priscilla.No lo hicimos, porque no había tiempo, pero nos fuimos a cenar al Hotel donde pasa una de las escenas míticas de la susodicha película. Ah! Y vimos Emús. Son animales muy muy tímidos que se asustaron y salieron por patas cuando, en un arrebato de emoción, empecé a gritarles " Emús, emús"... y como corren esos bichos!
En el Hotel Palace, escenario de Priscilla; persiguiendo un emú; y con Cailin en el coche viendo atardecer. |
El viernes no tuvimos demasiado tiempo de turistear; además teníamos que acabar cosas y nos fuimos a la biblioteca. ¡Qué curioso! Niños aborígenes con su madre mirando youtube muertos de risa; mujeres mayores haciendo ganchillo en una sala anexa; hombres mayores leyendo el periódico con su gorro de cow boy...y nosotros, con todo nuestro estrés contestando emails freneticamente. En fin. Ojalá pudiéramos ir más lentos.
El graffiti de la Embajada de España en Canberra |
Y esta semana como ya os he dicho en Canberra; que sigue sin gustarme nada. Aunque se ha de reconocer que hay restaurantes buenos, y obras de arte interesantes. La única anécdota es que conocí al embajador, ya que Luis se reunió con él. Es un señor simpático (claro, no van a poner a un embajador sieso, sería una estupidez) que parece salido de una película de los 80. Antes de irnos fuimos a la embajada española a ver un graffitti que han puesto en una de las paredes. El caso es que la embajada está intentando modernizarse, e ir más allá del Quijote, los molinos y Sancho Panza. Y creo que está bien. Además el graffitti era precioso, ya lo veís. En los ojos de la chica se reflejaba la habitación del artista Parecía que estaba hecho a carboncillo, vamos, precioso.
Y poco más: Jose ya se volvió a España (qué penita, porque ha estado muy bien tener un compañero más) y le despedimos en Marrickville, en un restaurante mejicano super rico y bien de precio. Marrcikville lo tenemos un poco abanonado, y eso que es un barrio con mucho encanto (una especie de Nou Barris, alejado de la ruta turítica). Nos hemos hecho el propósito de explorarlo un poco más, ya os iré contando. Y este viernes estuvimos cenando con los chicos en Double Bay, en un restaurante japonés un poquito caro, pero rico. No creo que nos vean mucho por Double Bay (a parte de por trabajo). Reconozco que es bonita, pero, madre mía, que repijerío había...
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