domingo, 14 de diciembre de 2014

Un poquito de Royal National Park

El inicio de la excursión
Esta semana ha sido movidita y pasada por agua...otra vez. Especialmente miércoles y jueves que ambos dos fuimos tan pringados de mojarnos como pollos. Jordi por no llevar paraguas y yo porque, a pesar de llevarlo, me mojé porque llovía de lado, y casi desde abajo. Menuda tormenta me pilló dando vueltas por Western Sydney. De todos modos estaba contenta: el trabajo de estos meses empieza a dar sus frutos y parece que lo que hacemos está empezando a llamar (y mucho) la atención! Qué bien. También estoy contenta porque en 4 días empiezo vacaciones, y porque la semana que viene (bueno mañana) tenemos la fiesta de Navidad de la facultad. Ya os contaré qué tal. El fin de semana aprovechamos que no daban lluvias para irnos a caminar un poco por el Royal National Park, que está a unos 30km al sur de Sydney y es el segundo parque nacional más viejo del mundo (después del del Oso Yogui :D)



El barquito!


Lo mejor para ver el parque es alquilar un coche porque es inmenso. Pero no teníamos muchas ganas de conducir (bueno, Jordi, ya sabéis que yo soy demasiado inteligente para conducir, como diría Sheldon), así que hicimos una primera aproximación en transporte público: tren hasta Cronulla (que es un pueblo de playa muy mono) y desde allí un ferry hasta Bundeena, un pueblecito donde se concentra mucho dinero (por las casitas que habían) rodeado del Parque Nacional. El trayecto en ferry dura unos 30 minutos, pero es agradable. Además el barco es pequeñito y se mueve un montón, lo que lo hace mucho más divertido.




Una vez en Bundeena puedes hacer varias excursiones. Hay una que es un camino costal de 28km, que se ve que es brutal. Obviamente no hicimos ese. Pero hicimos un primer tramo: por la playa de Jibbons, hasta el cabo Hacking, pasando por una zona donde hay grabados aborígenes en las piedras. Los ancianos del clan de la zona, los Dharawal, se encargan de restaurarlas y de que no se estropeen. Grabados en las piedras se pueden ver a  "burri burri" (ballenas) y  a "buru" (canguros), entre otros seres.
¿Veis el canguro? Más de 2000 años tienen!

Cuenta la leyenda que los Dharawal llegaron a esas tierras porque le robaron una canoa a Burri Burri (la ballena), gracias a que Gunmargan (la estrella de mar) la distrajo y permitió que los hombres la cogieran. Cuando Burri Burri se dio cuenta  se enfadó mucho y envió a la estrella, a la arena, por eso a dia de hoy las estrellas de mar estan siempre ahí, casi sin moverse (para que no las vea Burri Burri). Pero al golpearla, Burri Burri se hizo un agujero en la cabeza. Salió del agua y vió a lo lejos la canoa, de rabia gritó, pero le salió en agua por el agujero que se había hecho en la cabeza. Intentó llegar a donde estaba la gente, pero no llegó a tiempo. Y a día de hoy aún sigue buscando su canoa, y por eso va para arriba y para abajo alrededor de la costa (movimientos migratorios). ¿ Es chula la historia verdad?
Aquí se puede ver a Burri Burri, ¿la véis? la roca es blanda y fácil de grabar, pero también se destruye fácilmente.
También vimos lagartos, hormigas gigantes y telarañas preciosas y enormes. Ah! y las sempiternas cacactúas y cocaburras. Nos lo pasamos bien y nos sirvió para limpiar pulmones y estirar las piernas. Además de lo relajado que te quedas tras escuchar el mar. Llegamos tan cansados a casa que nos dormimos a las 21:30 y hasta las 9 del hoy. Doce horas del tirón. Vaya tela. El problema es que nos quemamos un poco. Claro, cuando salimos de casa estaba nublado pero a media tarde las nubes se abrieron dejando paso al sol ...y ahora tenemos un moreno paleta de campeonato... bueno, moreno no, rojo gamba más bien.

Y poco más que explicar. He estado un poco morriñosa porque hace un año estábamos por ahí arriba, pero bueno, también a la espera de ver como serán las navidades, aquí, cabeza abajo.

El paseo pasa por acantilados donde el agua te salpica. Más chulo!







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