Zombie Walk!

Para ser la primera vez, no están tan mal...

Esta semana ha sido Halloween o las Castanyada o Dia de los Muertos o Todos los Santos o como queramos llamarlo. Nosotrxs hemos intentado coger lo mejor de cada casa y hacer nuestra propia celebración. Así que el lunes hicimos panellets. Para ser la primera vez no estaban malos, pero quedaron demasiado blandos. El problema es que no sabemos bien como funciona este horno, y todo se nos quema por encima, pero por dentro queda crudo. El tema es que el horno no tiene resistencia en la parte de abajo. Hace dos días descubrimos que había un ventilador y una opción que parece que destribuye el calor, pero fue demasiado tarde. Los panellets ya estaban hechos y comidos.


El jueves, día 31, nos fuimos con Paula al RockWood. El cementerio que hay enfrente de la facultad en Lidcombe, donde estoy la mayoría de los días. Es el cementerio más grande del hemisferio sur. Nos acercamos allí porque hacían la clausura del "Hidden", un festival de Arte Público. Las obras estaban entre las lápidas y las tenías que buscar. Fue muy chulo! Había una que eran "kodamas", los espíritus del bosque que salen en la Princesa Mononoke; otras eran ataudes para los pájaros colgados de un árbol; había otra que era de realidad aumentada, teniéndote que bajar un app para ver "los espíritus"; otra eran angelitos de yeso repartidos por las diferentes tumbas... ¡y muchas más! ¿No os parece una idea genial aprovechar los cementerios para hacer este tipo de actividades? Nos acordamos mucho de Montse y de lo ocupada que estaría en estos días...

La escultura de la primera foto es de verdad, las otras son parte del Hidden

La fiesta de clausura del Hidden consistía en estar de picnic en una parte del cementerio que es abierta y hay una zona de césped. Habían un montón de familias, y daban hot dogs, sanwiches, haburguesas, cerveza, vino blanco o negro... GRATIS! que para lo cara que es esta ciudad se agradece. Paula, que es muy previsora, se había traído unas mantas especiales para el suelo (esa va a ser nuestra próxima inversión, que ahora empiezan los cines a la fresca y un montón de festivales al aire libre). Además de palomitas y nubes. Lo mejor era ver a la gente disfrazada en familia.

De picnic en el cementerio

También tenían un fotomatón donde podías hacerte fotos con diferentes accesorios. Fue muy divertido. Hubo una proyección de 3 cortos realizados por personas con trastorno mental, en el marco de un proyecto de arte y salud (en esto también estamos trabajando). La primera fue un poco rollo: se trataba de una chica que le pregunta a diferentes amigos suyos quién era ella. Era en blanco y negro y de ese estilo documental y experimental que tan poco nos gusta. El segundo corto era rarísimo, pero muy divertido. Además el artista era todo un personaje. Los niños no podían parar de reír, pero la verdad es que no tenía ningún tipo de sentido. Y el tercero era la historia de un conde (como Drácula) que vive en el cementerio y se enamora de una chica. Era menos original, pero encajaba perfectamente con el día. Ese nos gustó mucho.

Y el sábado nos fuimos a la Sydney Zombie Walk, que tiene como objetivo recaudar dinero para la Brain Foundation (investigación en enfermedades cerebrales). No veáis que estrés el día previo. Como nos daba cosa que no nos pudieran maquillar allí (porque hubiera cola, porque fuese muy caro) el viernes después de comer nos fuimos en busca del complemento perdido. Antes de explicaros el periplo abro un paréntesis sólo para comentaros a los que vais a venir que os llevaremos a comer a un sitio de ramen buenísimo y muy bien de precio a 10 minutos de casa (y en Chinatown, obvio). Después de comer nos fuimos para Surry Hills, donde teníamos la primera tienda de disfraces de nuestra lista. Estaba en una calle residencial, en una especie de garage, y se llamaba "Snog the Frog". Había un chico y 2 chicas de dependientes, que parecían salidos de una película de los 80s o de un cómic de Alex Robinson. Con estética de los años 50 (rock) e hiper delgados y muy simpáticos. Allí compramos sangre falsa (aconsejados por el chico) y unos tatoos con mordiscos. Cuando nos íbamos entró un chico que había encargado dos disfraces de Epi y Blas en pijama. Eran geniales. De ahí nos fuimos a otra tienda de Surry Hills, "Mister Stinky". Era enanísima y estaba a reventar de gente buscando disfraces. Ahí no vimos nada. De ahí nos fuimos a Waterloo, donde estaba "The Costume Shop". Se parecía a la "Bolsera" de Barcelona y era enorme. Con un montón de cosas. Ahí compramos maquillaje, látex y cicatrices en 3 dimensiones. Más o menos ya teníamos de todo por si las moscas no nos maquillaban en la Zombie Walk (mi ansiedad estaba controlada) pero nos faltaba ropa vieja para Jordi (yo tenía un pantalón y una camiseta medio rotos que podía parovechar). Así que nos fuimos caminando hasta Broadway, donde hay una tienda de ropa muy barata (por 5 -7 euros) que si se manchaba no sabía mal tirar. Total: 7.5 kilómetros sin parar. Estábamos reventados. Así que por la noche caímos rendidos en el sofá viendo Matrix (que pasa en Sydney, otro día os lo explicamos).

Y por fin llegó el sábado. El mail de los organizadores (te tenías que registrar) decía que podías llegar a cualquier hora entre las 12 y las 3:30, hora de salida de la zombie walk (que iba de Hyde Park a Alfred Park, por las calles de Syney). Como estaba ansiosilla a las 11:45 ya estábamos allí. Todavía no estaba ni montado el stand. Eso sí, fuimos los primeros (después de una familia que ya había reservado via facebook) en ser maquillados. Costaba 25 dolares (unos 20 euros a cambio directo, unos 12 euros si miras nivel de vida) así que decidimos pagar. Y valió la pena. A mi me pusieron una pústula en el brazo izquierdo, una mordedura en el hombre derecho y una cicatriz en un lado de la cara... el otro lado estaba bien. A Jordi le pusieron una cicatriz en la frente (que para eso la tiene grande XD) y un mordisco en la mejilla. Un montón de gente se quería hacer fotos con él! Estuvo muy chulo y se respiraba muy buen rollo. También había un montón de familias, y niños pequeños disfrazos. Cuando veías a los padres te dabas cuenta que eran unos frikazos o unos góticos. Era genial.  El material que habíamos comprado lo utilizamos para mancharnos más de sangre y maquillarle las piernas al Jordi. Ah! Como estos australianos están obsesionados con la organización, dividieron a la gente en civiles y zombies. Si eras zombi tenias que llevar una "identificación", que era una pulsera naranja. El "walk" también fue muy divertido. Aunque los zombies teníamos prohibido interactuar con los civiles y asustarlos. Me acordé mucho de María y cuando asustamos (bueno asusté) a aquella niña en Sitges... ja ja! Cuando llegamos al otro parque la gente flipaba... imaginaros unas 1000 personas vestidas de zombies que se acercan hacia ti, que estas tranquilamente haciendo una bbq con tus amigos (sí, en los parques hay barbacoas eléctricas). ¡Fue muy loco! Eso sí, la vuelta a casa fue extraña. Dos zombies solos en el autobús llaman más la atención que una marabunta: el autobusero se meaba, nos dijo ¿queréis que llame a la ambulancia? Y la gente se reía. Pero de buen rollo, que a los australianos les encanta disfrazarse y ya están curados de espanto. Y nada más, a ver qué os explicamos la semana que viene... de momento el martes es la Melbourne Cup, que no sabemos muy bien que es, pero parece que es toda una tradición aquí en Oz. ¡Hasta pronto!

Braaaaaaaaaainnnnnnnnnnnnnnnnnnns!