sábado, 28 de febrero de 2015

11 días en New Zealand (Isla Sur y Wellington)


Esta podría ser yo perfectamente...
Jordi y yo hemos decidido que cuando nos reencarnemos queremos hacerlo en foca y vivir en Kaikoura (New Zealand).  Jugar en el agua, descansar en las rocas y comer marisco. ¿Es o no es el paraíso? Además, en Kaikoura no hay tiburones ni otros depredadores, así que no tendríamos que sufrir por nuestra vida.  Y es que los 10 días que hemos pasado en NZ nos han encantado. Ha sido un viaje increíble. Paisajes que quitan el hipo al lado de la carretera, naturaleza por todos lados, ciudades pequeñas pero con alma y desconexión absoluta porque al móvil no le dio la gana de funcionar, y las wifis funcionaban muy mal. Ah! y visita a Weta, claro. Será uno de esos viajes que recordaremos siempre... Aunque esperamos volver, que 11 días no dan para nada. Prepararos porque la entrada sera larga, muy, muy larga. Que vamos a explicar día a día lo que hicimos, por si las moscas la memoria nos falla de aquí a unos años...



Día 1 - Viernes 13 de Febrero. Llegamos a Christchurch!

Salimos de Syndey para Christchurch en un viernes 13 porque no somos supersticiosos (más bien al revés) y porque como la gente sí que lo es, esos vuelos estaban un poquito más baratos. Algo más de 3 horas separan las dos ciudades. Pero como hay dos horas más en NZ que en OZ, pues llegamos sobre las 3 de la tarde. Al salir del aeropuerto una bofetada de frío nos quitó el amuermamiento típico de los viajes. Por suerte las chaquetas estaban a mano. Jordi feliz como una perdiz, ya sabéis que él es de los Stark de toda la vida, o, un descendiente de los montaraces, que viene más al caso.

Recogimos el coche y, después de cambiar el GPS 3 veces, nos fuimos para el Motel. Y aquí va un consejo (que nos dieron Emma y Carles): si se va pocos días y con muchos kilómetros por recorrer, vale más coger coche y dormir en B&B, moteles, etc... las distancias no es que sean largas, pero las comunicaciones entre los sitios sí que lo son. Me explico: tu ves en el mapa dos sitios que parecen que estén al lado... pero no! hay 6 horas porque hay que ir dando un desvío enorme por las montañas.  Así que si se tiene poco tiempo el coche es más rápido. El inconveniente es que has de llegar a los sitios... si se va con tiempo, lo mejor es caravana e ir con la calma, sin un plan demasiado establecido. Y poder quedarse a dormir donde a uno le apetezca, y cambiar planes. Nosotros queremos volver y hacerlo así. Relajados. A pesar de esto que os acabamos de decir, miramos la opción caravana, pero como era temporada alta y nos colgamos un poco, el precio de la caravana se disparaba a más de 3000$! mucho más que coche y alojamiento. Así que en realidad, ese fue el motivo principal por el que no la cogimos...

Esta es la catedral...quedó muy destrozada
Pero vamos al lío. No sabemos si os acordaréis pero el 22 de Febrero de 2011 sobre el mediodía, Chritschurch sufrió un terremoto brutal que destrozó la ciudad y en el que fallecieron 185 personas.  Es una sensación rara pasear por el centro de Christchurch. La ciudad está destrozada, pero a la vez, hay intentos de tirar para adelante. Por ejemplo, han hecho una zona comercial con contenedores, y a pesar de que la catedral estaba destrozada, han hecho una "provisional". Y delante de esa iglesia provisional hay 185 sillas blancas, una para cada fallecido. Jordi tiene una foto puesta en Instagram (si lo queréis ver todo hay un botón por aquí, a la derecha). Es muy raro. Apocalíptico, pero con esperanza. Y aunque se te ponen los pelos de punta, también se te dibujan sonrisas en la cara al ver la resilencia y la fortaleza y las ganas de seguir adelante de esta gente. La verdad es que nos gustó mucho y nos dio un poco de pena no haber planificado al menos medio día más en la ciudad. Además, nos comimos un ramen riquísimo en un japonés abarrotado de gente y vimos unos graffitis espectaculares. Y poco más. Nos fuimos a la cama prontito, porque al siguiente día empezaba la aventura!

Esta es la zona comercial de Christchurch, veis, las tiendas son containeres!!!

Día 2 - Sábado 14 de Febrero. De Christchurch a Mt Cook (323 km), durmiendo en Twizel (56km). En realidad es Mordor.

Esto está sin retocar....vaya colores
El sábado a las 6 am ya estábamos de pie. Ya se dice que sarna con gusto no pica, y aunque despertarse a las 6 me parece una barbaridad, la promesa de una excursión por las montañas hizo que me despertase incluso antes. Desde Christchurch hasta el Mt Cook hay unas 4 horas en coche. Así que valía la pena madrugar. Lamentablemente el tiempo no nos acompañó. O bueno, sí. NZ en maorí se conoce como Aoterea (el país de la gran nube blanca, dice la leyenda)... y vaya si tuvimos una nube blanca... no grande, sino gigante. Vale, no nos llovió, pero no pudimos ver ni el Mt Cook, ni a la madre que le parió... mirad las fotos y comparad... la nuestra parece que esté velada. Pero a pesar de eso, el paseo fue chulo. Mientras íbamos en coche vimos unos lagos de un azul turquesa increíble (la foto no está retocada!!!), y la excursión de 3 horitas que nos pegamos (en las que en teoría vas viendo las montañas y el Mt Cook por el valle Hooker) fue divertida. En realidad parecía que estuviéramos yendo a Mordor. Pero bueno, pudimos ver un poco de glaciar, y el lago con los trozos de hielo flotando nos impresionó bastante. Eso sí, un frío del carajo, hablando mal y pronto. De ahí nos fuimos hacia Twizel (40 minutos) que es donde teníamos el hotel. Claro, no caímos que el 14 de Febrero era San Valentín y todo el alojamiento por el Mt Cook estaba reservadísimo. Una vez salimos de las montañas nos encontramos con un sol increíble. En fin... la vida... y la sorpresa de que Twizel es donde se grabó la batalla de Pelennor (la de la tercera peli de "El Señor de los Anillos"). Cuando íbamos con el coche ya lo decíamos... y llegamos al hotel, y boom, exacto. Un cartel explicaba que ahí fue. En realidad no se ve porque es en unos terrenos privados, pero la zona lo recordaba mucho. Twizel no tiene nada más... es super enano. Así que después de unas cervezas en el pub del pueblo, nos fuimos a dormir, que estábamos reventados.


Habéis visto que bonitas vistas del Mt Cook tuvimos??? El del gorro azul que parece un Nazgul es Jordi


Día 3 - Domingo 15 de Febrero. De Twizel a Dunedin, pasando por los Moerakis (255 km). Primer encuentro con focas

Oh! Los Moerakis parecen huevos de dragón!
Después de luchar por el desayuno con una panda de jubilados indios (no es un comentario racista, los jubilados son iguales sean de donde sean), decidimos volver al Mt Cook para ver si lo podíamos ver. Error. Aunque en Twizel hacia mucho sol, la zona del Mt Cook seguía sepultada entre nubles y niebla. Así que tras perder hora y media, seguimos nuestra ruta hacia Dunedin. De camino paramos a ver los Moerakis... tan bonitos! Son unas pelotas de piedra super misteriosas que están en una playa. Parece que se han formado por la erosión y el paso de los años, pero son tan perfectas que uno no puede dejar de imaginar que algo sobrenatural haya tenido algo que ver. Allí nos pasamos un ratito, haciendo fotos y disfrutando del mar y del sol, antes de seguir para Dunedin.

Dunedin es una ciudad universitaria que está en lo que era un antiguo volcán. Así que esté llena de calles empinadas, y colinitas. De hecho una de sus calles tiene el record Guiness de la calle más empinada del mundo! Y aunque nuestra calle era empinada, no era esa. A pesar de esto es una ciudad encantadora. Nos gustó mucho. Está al lado del mar, tiene un montón de bares, y la gente es muy pero que muy maja. Al menos la que nos encontramos nosotros. Dormimos en un B&B llevado por un matrimonio encantador, sobretodo Stephen, que nos dió un montón de consejos y era muy divertido. Hacía un par de meses habían estado en Catalunya y estaba encantado de tener huéspedes catalanes por allí. Fue él el que nos aconsejó que pasáramos la tarde por la península de Otago y que fueramos a  Sandfly Bay a ver las focas y a la punta de la península a ver los albatros. Y eso hicimos.

Aqui, la amiga, bostezado...que vida más dura!
La península de Otago es como Hobbiton pero con mar. Es preciosa. Y aquí tuvimos suerte y nos brilló el sol. Siguiendo los consejos de Stephen fuimos por la Highroad, y el camino fue alucinante. Paramos en la playa y, aunque tuvimos que bajar unas dunas súper empinadas (y después subirlas y casi morimos - mama estoy exagerando) valió la pena porque fue la primera vez que vimos focas en libertad! Ahí, tiradas en la arena, dormitando profundamente. Que emoción! Si eres paciente puedes ver pingüinos (de ojos amarillos, típicos de la zona, y los enanos azules), pero no lo somos. Además de que salen al anochecer, sobre las 9pm, y eran solo las 4pm. Seguimos hasta la punta, y pudimos ver a los albatros que volvían de haber pasado el día pescando... muy, muy bonito. Y la zona, ya os decimos, espectacular. Después de eso, volvimos a Dunedin a cenar y callejear por los bares, que es lo que nos gusta. Y, como buena ciudad universitaria, bares no faltaban. Ah! Dunedin fue fundada por escoceses, y eso se nota en dos cosas: 1) tienen un castillo, el único de toda NZ, y 2) tienen mucho whisky!

Aquí la península de Otago. La foto no hace justicia a lo bonito que es!

Día 4 - Lunes 16 de Febrero. De Dunedin a Queenstown (300km) y Te Anau (171 km). Rohirrim!

Esperando a que pasaran las ovejas
El lunes era día de ruta. Del sureste teniamos que cruzar al suroeste así que nos lo tomamos con calma. Le preguntamos a Stephen que ruta coger para ir a Queenstown, y nos recomendó una por donde, según él, no pasaban los turistas... y luego descubrimos que en realidad no pasaba nadie. Bueno, ovejas (la isla sur está llena de ovejas... y algunas granjas de llamas y ciervos!). La ruta fue muy chula. Otra vez colinitas que subes y bajas, y parajes que conoces por las películas (yo estuve un buen rato gritando Rohirrim! y haciendo el sonido del cuerno, sí, Jordi, los cuernos suenan así). En Queenstown paramos para comer, es una ciudad pequeña pero llena de vida (y de gente). Claro es el centro neurálgico de la zona y desde donde puedes hacer un montón de deportes de aventura. Está junto a un lago precioso, y rodeada de montañas. En invierno está a reventar por el sky. Nos gustó aunque nos atabaló un poco que hubiera tanta gente. Por suerte, nosotros seguiamos hasta Te Anau, en la zona de los fiordos. El camino de Queesntown a Te Anau es indescriptible: las montañas son enormes, sobretodo los Remarkables (o Moria) y hay un montón de lagos donde se reflejan las montañas... es imposible no parar en las cunetas y hacer fotos... giras una curva, y boom! tienes un paisaje de postal.

Esto es Queenstown, bueno, el lago. Detrás de donde hicimos la foto estaba lleno de bares ...vaya ambientazo había!
Te Anau es pequeñito, pero muy muy mono. También tiene un lago y esta rodeado de montañas y es el corazón de la zona de los fiordos. Esta zona nos ha gustado mucho. Se pueden hacer un montón de excursiones y actividades. Aquí volveremos, fijo. Además, había un montón de restaurantes, y cenamos la mar de bien.
Y este es el lago de Te Anau, al atardecer.

 Día 5 - Martes 17 de Febrero. Doubtful Sound y gusanos fluorescentes!

El martes fue un día muy muy chulo. Teníamos un crucero por el Doubful Sound que salía a las 8am del lago Manapouri. Así que nos levantamos pronto para estar allí sobre las 7:40 que era lo que nos habían dicho. Por suerte, Manapouri solo está a 20 minutos de Te Anau. Pero vaya 20 minutos! Uno de los amaneceres más bonitos que hayamos visto... y otra vez, parar el coche e hincharse a hacer fotos. Aquí todo es mucho más intenso: los olores a tierra mojada por el rocío, los rojos y naranjas del amanecer, la majestuosidad de las montañas... todo! Ese amanecer ya nos puso de buen humor para el resto del día. Y nos dimos cuenta de lo diferentes que son Australia y NZ. Aquí no tenemos montañas... ni ganchitos (pero en NZ sí, y me hinché a comer ganchitos :D).

La foto no hace justicia a la realidad. Los colores eran mucho más brillantes!

Es misterioso verdad?
En Manapouri cogimos un barco para cruzar al otro lado del lago. El lago, del mismo nombre, es donde se grabó la escena final de "El Señor de los Anillos", cuando Bilbo y Frodo se van con los elfos a las tierras imperecederas... y la misma sensación tiene uno. Parece que vayas a salir del mundo. Y eso que ese camino por el lago no es la excursión principal. Cuando llegas al otro lado coges un autobús, que te lleva hasta donde empieza el Sound (fiordo), y de allí coges otro barco y estás tres horas navegando por las aguas. El fiordo famoso es el Milford Sound, pero siempre está abarrotado de gente, básicamente porque se puede llegar en coche (y también es más barato hacer el crucero, y más rápido). Así que, siguiendo consejos de varias personas, nosotros decidimos hacer el Doubtful. Y no nos arrepentimos. Aunque también estuvo nublado (esta es la zona más húmeda del planeta), fue muy chulo.  Aprendimos, por ejemplo, que los primeros en entrar en el fiordo fueron los españoles, comandados por un tal Malaspina, de origen italiano. Y que los primero mapas de la zona los hizo un mallorquín. Algo pasó que los españoles lo acusaron de traición (y pena de muerte), y acabó siendo capturado por los ingleses que, le perdonaron la vida, pero le quitaron los mapas.

Y aqui un cachito de delfines
Vimos también focas, muchas focas; pero lo mejor fue el momento en que se apagaron los motores del barco y nos pidieron que nos quedáramos en silencio. Fue increíble: la serenidad, la paz, la calma... y justo después de ese momento, cuando se encienden los motores, aparecen unos delfines que se ponen a jugar delante nuestro! Yo no soy muy fan de los delfines pero he de reconocer que fue bonito. Después del crucero, donde conocimos a Gertrudis, de Oporto, casada hace 40 años con un neozelandés que conoció en Londres, y que trabajaba en el bar del barco, nos fuimos al Hotel a descansar un poco, porque por la noche teníamos otra excursión para ver gusanos fluorescentes!
 

La foto es de internet, pero es tal cual!
Los gusanos fluorescentes solo se encuentran en Australia y NZ. Y son super raros. Para verlos cruzamos el lago de Te Anau, y fuimos a unas cuevas. Sólo puedes ir con guía, porque están protegidos. Fue muy misterioso. Entras en las cuevas y tachan! ves un montón de lucecitas en el techo verdes y azules, como purpurina... luego te suben en una barquita, y te dan un paseo completamente a oscuras, escuchando sólo el agua y viendo los miles de gusanos en el techo brillando (lo que les brilla es el culo). Fue muy, pero que muy bonito. Después de la excursión (menos mal que fue después) te enseñan fotos de los gusanos... por dios que asco que dan... que son un poco malajes, porque usan la luz para atraer víctimas... también son un poco caníbales... como otro gusano se acerque mucho a su área, se lo comen! Pero bueno, con la luz apagada son preciosos...

El martes caímos en la cama agotados, por todo el tute y porque Jordi arrastraba una galipandria y yo empezaba la mía...
Y aquí una panorámica del Doubtful Sound.



Día 6 - Miércoles 18 de Febrero. De Te Anau a Milford Sound (119 km) y Wanaka (342km). Las tierras imperecederas.

Esto es en los Mirror Lakes. Foto hecha con el móvil, por muy iphone que sea
Yo creo que ese día me levanté con fiebre, porque me pasé mucho rato durmiendo en el coche. Gracias a Dios que se inventó el paracetamol! Porque la carretera de Te Anau a Milford Sound es una de las más bonitas del mundo... en teoría en poco más de 1 hora se puede hacer el camino, pero se tardan más de dos por las inevitables paradas... y es que te encuentras los Mirror Lakes (lagos espejo), excursiones por bosques élficos, y pozas de aguas azules en las que no queda más remedio que pararse. Vale la pena hacer este camino. Por suerte llegamos a Milford Sound cuando no había ninguna excursión prevista, así que casi no había nadie. Aun así, comparado con Doubtful Sound estaba a reventar. La verdad es que es bonito: el monte Mitre saliendo del agua (rodeado de nubes, como siempre), las colinitas... no me extraña que Kipling, cuando lo viera, dijese que era la 8º maravilla del mundo. Viendo las fotos te das cuenta que también es muy fotogénico. Siempre sale bien. También es verdad que dicen que si has estado en los fiordos escandinavos no es tan espectacular, pero como nosotros no hemos estado, tanto el Doubtful como el Milford nos parecieron preciosos.  La idea original era hacer kayak por el Milford, pero como estábamos un poco pachuchos, no lo hicimos. Eso si, cuando volvamos, esto cae seguro.
Y aquí el famoso Milford Sound, con el monte Mitre cubierto por las nubes...no se ve, pero nos atacaron los mosquitos!
El camino a Wanaka fue también peliculero. Unos paisajes de escándalo. Las montañas, los valles...fue muy muy bonito. Y paramos en Arrowtown. Sólo para ir al río donde Arwen se enfrenta con los Nazgul convocando a los caballos de agua... en ese pueblo también nos queremos quedar más... era muy curioso, como del Oeste americano (hay una ruta del oro en NZ), pero con bosques alrededor.

Es o no es impresionante? Esto es de camino a Wanaka
Nos quedamos con ganas de más. Pero teníamos que llegar a Wanaka y hacer el check in en el hostal (los inconvenientes de ir en coche).  Wanaka es también muy mono. Como Queenstown, pero en pequeñito, y con un aire un poco más pijo-hippy. También tiene su lago rodeado de montañas. Esta es una de las cosas que más nos ha sorprendido, la cantidad de lagos que hay en NZ. No teníamos ni idea... en Wanaka cerveceamos para variar (que la cerveza es lo mejor para las gripes, todo el mundo lo sabe), y pasamos un buen rato paseando y haciendo fotos al algo.
Y aquí, la menda, mirando el lago Wanaka y las montañas


Día 7 - Jueves 19 de Febrero. De Wanaka a Franz Josef Glazier (286 km) y Greymouth (173km), más pankakes.

El Franz Joseph, bajo las nubes con un cachito de azul.
Como todos los días que teníamos excursiones cerca del Mt Cook, el día se levantó soleado donde dormíamos pero tremendamente negro donde teníamos que ir. Pero no importaba. Otra excursión a Mordor. Quizás los glaziares fue lo que menos me gustó. Culpa mía porque yo me pensaba que podías tocar el hielo y hacer excursiones por el glaziar... vaya, que me había montado la película. Y mi gozo en un pozo. Puedes verlos pero de lejos (a 500 o 200 m, depende), y para poder tocarlos has de hacerlo con guía y pagando, incluyendo un viaje en helicóptero que te lleva a la zona segura. En fin. Que si volvemos igual lo hacemos, o no. No sé aún. Primero fuimos a ver el Fox Glazier. Decía la guía que era más fácil llegar y se podía llegar más cerca. Piii! error. Había una cuesta enorme para llegar (casi muero otra vez) nos pilló lluvia, y nos quedamos a 500 m. Una decepción. Por suerte el Franz Josef Glazier fue un poco mejor. El camino era más llano, no nos llovió (incluso salió un cachito de azul, como podeís ver en la foto) y nos pudimos acercar mas... además de que pasas por un bosquecito la mar de mono. Es muy raro lo de los glaziares, el camino va al lado del mar, y por bosques...parece incríble que tenga que haber glaziares. Hay carteles que te indican hasta donde llega llegaba el galziar... y te das cuenta de lo rápido que se está consumiendo, En solo 4 años ha retrocedido más de 2 kilómetros. Yo creo que todo aquel que dude del calentamiento global, debería darse un paseito por aquí.
Desde el Franz Josef se puede ver el Mt Cook, pero para variar, fue imposible verlo! nos tiene manía. En fin! A la que salimos de la zona de los glaziares y tiramos para le norte el cielo se fue abriendo y pudimos disfrutar un poco de los Alpes del sur (la típica escena de las almenaras se grabó aquí), que son realmente bonitos.

Llegamos al Backpackers de Greymouth (muy mono, lleno de hippies), dejamos las cosas y cogimos el coche otra vez para ir a ver los Pankakes... unas rocas misteriosísimas, cerca del mar, que no saben como se han formado... si se va cuando hay marea alta, además puedes ver como sale el agua por unos agujeros... nosotros fuimos en marea baja, pero aun así fue muy bonito. Cuando volvimos a Greymouth ya era tarde (9pm) y lo único que pudimos cenar fueron patatas fritas y cerveza en un pub irlandés. Greymouth es el típico pueblo de la fiebre del oro... parece que de un momento a otro vayan a aparecer bandidos, indios o las diligencias. Muy, muy loco.

Estos son los pankakes... capas de roca que se han ido acumulando y aún no saben como se formaron!

Día 8 - Viernes 20 de Febrero. De Greymouth a Kaikoura (326 km)... a nadar con focas!!

Salimos de Greymouth pronto porque teníamos que atravesar de Oeste a Este la isla para llegar a Kaikoura. Queríamos llegar antes de las 2pm para ver si podíamos ir a nadar con focas. A Jordi le hacia mucha ilusión, pero yo no estaba muy fina, así que habíamos decidido que, si había sitio, yo iría de acompañante haciendo fotos. Llegamos a Kaikoura sobre las 12pm. Hacia un buen día, aunque había unas nubes que amenazaban luvia. La primera parada fue en el sitio donde se reservaba lo de las focas. Y la conversación fue así (en inglés, claro):

- Hola, hay sitio hoy para nadar con focas?
- Sí, a las 2
- Ah, que bien, pues dos, pero uno...
- Bueno, en realidad me quedan dos plazas para el grupo de las 12:30, os apuntáis?
- Es que... tendríamos que ir a por las lentillas...
-Tenemos gafas de agua graduadas...
- Ah! (momento de duda, nos miramos Jordi y yo)... tu que harías? (le preguntamos a la chica)
- Yo iría ahora que sabemos que el tiempo esta bien... a las 2pm no sabemos que pasara
- (nos volvemos a mirar) vale pues, venga,  ahora!

La foto es de internet, pero es tal cual!
Y en menos de 15 minutos teníamos el neopreno puesto (incluida yo) y estábamos subidos en una furgoneta para ir al sitio de las focas. Aunque mejor así, sin tiempo para pensar. Jordi estaba súper feliz. Yo cagada. Entre el dolor de cuello, y que nunca había hecho snorkel, me salió la vena Drama Queen. Por suerte todos los miedos desaparecieron cuando nos metimos en la lancha y conocimos a nuestro guía, Allister. Era encantador! Cuando nos tiramos al agua (que chulo es ir con neopreno, no te da el frío en la barriga) preguntó sí alguien necesitaba ayuda, y yo dije ¡yo! ¡yo! (la única) así que me fui con él agarrada a una tablita y me enseño a respirar con el tubo ese. Me hace meter la cabeza en el agua y mientras me pide que respire tranquila, pum! aparecen dos focas que me miran! Es indescriptible lo que sentí. Me puse un poco nerviosa pero enseguida se me pasó. Y a partir de ahí dos horas disfrutando del agua y de las foquitas. Fue chulísimo! Aunque son muy torpes en la tierra, en el agua son súper ágiles (como yo, ja ja), y son como perrillos que  se te acercan y te miran... está prohibido tocarlas, pero da igual. No hace falta. Había muchas crías de dos meses, súper monas, jugando en las rocas. Nos lo pasamos tan bien...valió mucho la pena. Y contra todo pronóstico, se nos pasó la galipandria a los dos!

ummh! que bueno es pescadito a la bbq!!
Después de la experiencia foquil, nos fuimos al motel a ducharnos y a comer  algo en un puesto en la carretera donde hacían pescado y marisco a la bbq. Yo me pedí un bocadillo de escalopes a la plancha y Jordi salmón. Super barato! Y de ahí nos fuimos a una zona que es colonia de focas. Que maravilla de sitio. Kaikoura es como una reserva natural de fauna marina. En Maorí significa kai (comer) y koura (marisco)... así que imaginaros... hay focas, ballenas y delfines todo el año. También hay pingüinos, y hay un montón de actividades para poder ver todos estos bichos... y se come de escándalo. De hecho nosotros nos dimos un homenaje para cenar en un restaurante muy mono del pueblo (langostita! ummmh!). Como os hemos dicho antes, si nos reencarnamos que sea en foca en Kaikoura... o si nos toca la lotería, aquí que nos venimos a vivir. Porque además el pueblo es monísimo, y rodeado de montañas. Uno de los mejores días, sin duda.

No se ven muy bien, pero mirad las montañas al fondo. Era muy, muy bonito.

Día 9 - Sábado 21 de Febrero. De Kaikoura a Picton (156km), y ferry para Wellington!

El sábado se acababa nuestra aventura por la isla sur. Al menos nos hubieran hecho falta 10 días más para disfrutarla como merece: sobretodo 2 día más en Dunedin, 5 días más por la zona de los fiordos, Queenstown-Wanaka y al menos 3 días más en Kaikoura. Pero  no nos quejamos, el tiempo es el que es, y aprovechamos muchísimo. El coche lo dejábamos en Picton, donde se coge el ferry que te lleva a Wellington, la capital de NZ, al sur de la isla norte. Se tarda unas 2 horas en llegar a Picton, y el paisaje es más normal. Es bonito, pero es más normal. Eso sí, a la salida de Kaikoura hay otra reserva de focas al lado de la carretera y nos paramos un ratito a verlas jugar (abajo os hemos dejado un video de las crías jugando en las piscinitas, mientras los adultos dormitaban).

El viaje en ferry dura unas 3 horas y se hace un poco largo. Pero también puedes ver bichos. Nosotros vimos delfines otra vez. Se puede aprovechar para dormir un poco o leer. Descansar y relajarse.

Wellington es una ciudad pequeña, pero muy dinámica. Con mucho bares y un ambiente muy chulo. Esta considerada la "ciudad pequeña más cool del mundo", y sí, estamos de acuerdo. Llegamos a media tarde. El tiempo para ir al hotel, dejar las cosas, ducha y salir a callejear. Teníamos el hotel muy céntrico, al lado de Cuba Steert y Courtney Place, donde están todos los bares, y a eso nos dedicamos. Cervecita por Cuba St y cena riquísima en uno de los bares recomendados por Bronwyn y Phil. Mucha gente alternativa, y muy buen rollo. Podríamos vivir aquí... sin duda.

Que se llevan las letras!!!

Día 10 - Domingo 22 de Febrero. OMG! estamos en Weta!!!

Weta es un bichito, el del logo
El domingo nos llovió, pero dio igual. Después de desayunar, cogimos el bus y nos fuimos para Miramar, donde está Weta, sí, la productora de Peter Jackson, que se puede visitar (bueno, el taller, no la parte Digital). Es una visita pequeña, de una hora de duración, pero el guía que nos tocó, Matt, era super simpático. A ver, no era unas castañuelas, más bien el típico tío con cara seria, pero que las deja caer y te hartas de reír... nos explicó muchísimas cosas sobre el proceso de como se hacen los trajes, las armas, las maquetas... de como eso se relaciona con los efectos digitales. Una gozada. Además de que ves los trajes, espadas y prótesis originales de diferentes películas... Nos los pasamos como enanos (nunca mejor dicho). Y Jordi estaba taaan feliz! Que gustazo! Estuvimos dando vueltas y pasamos también por Weta Digital... ojalá, ojalá algún día Jordi pudiera trabajar allí; no nos importaría nada vivir por aquí. Está difícil, pero oye, soñar es gratis, no?

De Weta (después de caminar bajo la lluvia para hacer una foto al cartel de Wellington) nos fuimos al Te Papa. El museo nacional de NZ. Allí vimos más cosas del Hobbit y El Señor de los Snillos, pero también aprendimos un montón sobre la historia Maori: vimos construcciones típicas, aprendimos la historia de la Haka (ah, que chulo!!) y nos explicaron el diferente significado de sacar la lengua: si sacas la lengua recta significa que " voy a dar lo mejor de mi, realmente me voy a esforzar al máximo, voy a ser muy bueno, así que más vale que tu también te esfuerces y seas bueno, porque si no esto no va a ser una batalla justa" (en otras palabras, te voy a destrozar). Mientras que si pones la lengua para un lado significa " tengo conectados la cabeza y el corazón, tengo la capacidad de expresar lo que siento con palabras, espero que tu también, así que ves con cuidado con lo que dices", y es que, según los Maoríes, lo que empieza las guerras son las palabras, no las armas. Esto nos lo explicó un señor del museo, que se parecía a mi tío Pepe de Sevilla, pero que parecía Maorí. La sorpresa es que nos dijo que su abuelo era sevillano!!!! que gracia! Y que salió de Barcelona hacía una pechá de años para irse a vivir a NZ.

En la isla sur no hay demasiada historia Maorí, casi toda se concentra en el isla norte. Así que cuando vayamos por la isla norte ya explicaremos más cosas de los Maoris.

Después de tanta actividad nos fuimos a cervecear al puerto y a cenar carnaca a un sitio con muy buena pinta de Cuba St. Y después a dormir, que tantas emociones nos tenían agotados.


Aquí, en la entrada de Weta, con unos amiguitos nuevos, un poco pestosos


Día 11 - Lunes 23 De Febrero. Se acabó. Vuelta  a Sydney y empieza la rutina.

El lunes a las 3pm volvíamos para Sydney. Pero antes de coger el avión aún tuvimos tiempo de dar una vuelta por "Windy Wellington" (Wellington ventoso). Fuimos a desayunar al Fidel, toda una institución de Cuba Street, a una tienda de cómics que vimos muy chula, y a pasear por el puerto de Wellington (y recordar What We Do In The Shadows, tenéis que ver esta película, qué risa). Fue un paseo muy agradable, a pesar de la lluvia.


Este es el puerto de Wellington, a mi me recuerda un poquito a Barcelona....


Qué bonico el Golum!Esto es en el aeropuerto
La espera en el aeropuerto se hizo más llevadera por la cantidad de cositas del Señor de los Anillos y el Hobbit que hay. La verdad es que están muy, pero que muy orgullosos de ser La Tierra Media. Incluso  los videos de Air NZ están inspirados en el mundo de Tolkien. Un paraíso si eres un poquito friki. Y al cabo de 4 horas llegamos a Sydney, que nos recibió con una mucho calor y  un bochorno asquerosísimo. Cansados, un poquito tristes porque nos hubiera gustado alargar, pero contentos por todos los recuerdos acumulados... y, aunque siempre es duro volver de vacaciones, es menos duro si la ciudad es Sydney.


Vaya tostón, madre mía. Si habéis llegado hasta aquí, gracias!!! Esperamos que os haya gustado... y que podáis hacerlo alguna vez. La semana que viene más, pero seguro que no mejor ;p















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