Sorpresa! |
Hemos tenido mucho (mucho es poco) trabajo, pero siguiendo la tradición australiana, hemos trabajado duro, pero nos hemos divertido aún más. De todos modos necesitamos un parón. Y en poco más de 24 horas lo tendremos. Sí! Por fin! Después de casi 2 años sin vacaciones de verdad (solos, viajando, desconectando 100%) por fin podremos hacerlas. Y la verdad es que llegan como "agua de mayo". Ya os contaremos en el próximo blog. De momento, seguimos con esta crónica.
Pero...habéis visto que feliz estoy después de hacer ejercicio??? |
Fuimos a hacer Paddle Board el primer domingo de febrero. A Rose Bay, que para los que habéis estado por aquí está camino a Watsons Bay. Jordi tenía trabajo, y esta vez, bien contento que estaba, porque no le gusta nada el Paddle Board. Vale, yo no soy ninguna pro, pero contra todo pronóstico no se me da nada mal. Y lo mejor es que lo disfruto mucho. Fuimos con Bettina, Jack, Karla y Harriett Fue bastante divertido. Una muy buena manera de pasar el domingo. Y después del paddle pues a cervecear por the rocks, que es lo de verdad nos gusta...
De la semana que siguió al paddle board, poco hay que explicar. Por mi parte, reuniones, entrega de proyectos, más reuniones...y Jordi, pues madrugones. Aunque, a quien queremos engañar, alguna escapadita al japo rotatorio cayó....igual que las cervezas de los viernes. Que se ha convertido ya en un ritual.
¿las conocíais? yo no! |
Y al día siguientes nos fuimos a las 3 de la tarde bajo un sol abrasador a un club de petanca de Alexandria, a jugar con lxs de siempre. La llegada al club fue espectacular: como la típica peña de fútbol, pero un poco más grande, y con música en directo para que los jubiletas bailaran. Claro, aquí la música de verbena son clásicos como Sweet Caroline, Black is Black, y otras canciones de los 70 para abajo. Jordi y yo la mar de contentos porque las conocíamos todas, pero estos pobres, estaban como asqueados. Que relativas son las cosas: para ellos estas canciones son como paquito el chocolatero para nosotros...en fin. Jugamos a un juego donde cada uno tiene dos pelotas (un poquito más grande que las de petanca, menos que las de bolos). Hay una bola blanca, y gana el que más se acerca. Y se van haciendo ronda hasta que se acaba. Entre pitos y flautas pues casi 4 horas nos tiramos jugando. La gracia es hacerlo descalzo, e ir bebiendo cerveza. El ganador fue Jordi, y yo, pues la última...pero por culpa de la cerveza y el sol, que no me permitía dar pie con bola (nunca mejor dicho).
Y poco más que contar. Disfrutando de nuestra nueva vida social, celebrando cumpleaños de amigos (apio verde Karla y Harriett), y echándoos un muchito de menos. Pero super contentos por los 10 días que nos esperan. A la vuelta más.
Ah! ayer fuimos a Saint John of God, Richmond...madre mía que de dinero tienen estos curas....
Y de regalo esta foto, que nos gusta mucho. Está en Paddignton. A la coneja cada x tiempo le ponen complementos nuevos |
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