En Pebbly Beach |
Antes que nada: feliz año nuevo! sí, ya sabemos que ya llevamos casi un mes del nuevo año y que hace también casi un mes que no pasamos por aquí...pero ya sabéis que cuando tenemos visita nos descontrolamos. Esta vez ha sido Montse, la hermana de Jordi, y su marido, Carles, los que compartieron esta ciudad con nosotros durante 21 días; incluyendo unos fuegos de fin de año espectaculares, un poquito de Sydney Festival e incluso, por segunda vez desde que vivimos aquí, una evacuación del piso por alarma de fuego. Algún iluminado que tiró el cigarro a la basura, generando un pequeño incendio. En fin! Hoy es el Australia Day. Este año no hemos hecho nada de nada. En parte porque está lloviendo y por otro lado porque Jordi está trabajando de madrugada y llega reventado. Así que nada mejor que hacer que ponernos al día con el blog. No os preocupéis, seremos breves.
Estos días con los cuñados han sido divertidos. Mucha cerveza y mucho pateo, pero, oye, es lo que toca. Hemos hecho todos los clásicos: Botánico, Ópera desde todos los lados, ir a Pebbly Beach a ver canguros, pasear por la ciudad, el camino Bondi-Coogee, Balmoral, Watsons Bay, el Observatorio, cruzar el puente, Centennial, todos (bueno casi) los barrios, mecados de Paddington y Glebe y muchos bares. Pero también ha habido cosas nuevas: el día que fuimos a las Blue Mountains hicimos una excursion por las Wentworh Falls, una caminata que se conoce como el camino de Darwin y que transcurre al lado de un río, y termina en unas cascaditas. Por el camino ves lagartos, hormigas gigantes y...cacatúas negras! más bonitas! Es genial poder seguir descubriendo cosas. La verdad es que las Blue Mountains las tenemos un poco desaprovechadas, estamos tan acostumbrados a ir siempre a los mismos sitios que nos estamos perdiendo un montón de excursiones chulas. A ver si en otoño nos animamos, pillamos el tren, y nos ponemos a conocer sitios nuevos.
Dicen que es el camino que hizo Darwin cuando pasó unos días en Sydney, en 1836.También se dice que nunca vio un canguro, aunque sí ornitorrincos. |
a ver si el 2015 nos inspira nuevas y brillantes ideas |
Logo de este año |
Decidimos ver los fuegos desde la orilla norte, para tener una buena visión del puente y la ópera, pero, sobretodo, para estar más cerca de Jordi, que el 31 trabajaba hasta las 18. Por suerte le dejaron salir un poquito antes. De todos modos, para poder coger buen sitio salimos de casa a las 15:30, nos juntamos con Bettina, una amiga alemana, y fuimos a instalarnos. A las 16 llegamos al sitio desde donde los queríamos ver (McMahons Point), pero, por desgracia, los sitios buenos ya estaban a reventar. Afortunadamente encontramos sitio cerquita, en un lugar que al haber árboles no estaba demasiado masificado. Ocho horas después (y sin nada de alcohol porque estaba prohibido), la espera se vio recompensada por 12 minutos de fuegos artificiales espectaculares. Mejores que los del año pasado, sin lugar a duda. Y mirando los fuegos, nos comimos las uvas. A Montse y Carles les gustaron mucho (tanto los fuegos como las uvas). Hombre, aunque reconozco que es un peñazo la espera, vale la pena hacerlo al menos una vez en la vida. Eso sí, si el año que viene aun estamos aquí, yo creo que lo celebraremos en plan fiesta con amigos (y mucho vino y cerveza :D). En el vídeo que está al final de la entrada podéis ver los últimos 3 minutos de los fuegos. Ala, a disfrutar con los petardos!
Bonitas las vistas, ¿verdad? |
ohhh! |
Este año no hemos tenido Reyes por aquí. Por suerte, los chicos nos invitaron a comer roscón de reyes y allí estuvimos con Luis, Paula, Neva, Victor y Pedro, bebiendo Pisco, comiendo roscón y cerezas y tomando el fresco. Yo no soy muy de roscón porque no me gusta el mazapán ni el cabello de ángel, pero reconozco que este estaba buenísimo!
Y poca cosa más. Las vacaciones de verano se acaban oficialmente para los niños mañana, y poco a poco la ciudad y la gente va retomando su rutina A pesar de estar trabajando, todavía nos queda un mes de verano que tendremos que aprovechar. Y a ver si recupero el ritmo y vuelvo a las crónicas semanales de la vida por aquí abajo.
Y lo dicho: ¡Que tengáis un 2015 inspirado!
Ah! también probé, por fin, la pizza de cocodrilo. Y sí. Sabe a pollo. Y he tenido mi primer accidente australiano. Creo que pisé un erizo de mar en una de las piscinas de roca de Coogee. Y digo creo porque no me di cuenta que tenía cosas clavadas en los pies hasta que llegué casa...nada grave, cojera un par de días y ya está! Mejor un erizo que un tiburón, claro :D. De esta piscina, que es sólo para mujeres, os hablaré en otra entrada. Nos leemos.
Que bonito Sydney...como me gustaria poder visitarlo de nuevo..con tan buenos anfitreones....
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